domingo, marzo 3, 2024
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Al Borde de lo Irracional

Durante los años que tengo como abogada me ha tocado vivir y ver muchas cosas, conocer a toda clase de gente, como es obvio hasta con personas en la cárcel y no precisamente por ser unos santos. Hace mucho que deje de lado ese tipo de casos legales, los penales, sin embargo, ya me tocó aprender que las peores situaciones no siempre provienen de temas así, muchas veces llegan de manos de gente con cuello y corbata. 
De alguna manera ya estoy acostumbrada a sobrellevar a todo ese mundo que me trae mi trabajo, de lunes a viernes de 8 a 6 pm, ya lejos dejé los tiempos en que tenía que correr a alguna comisaría a mitad de la noche, la única forma en que actualmente lo podría hacer sería si se tratase de un tema puntual o alguien en particular. Por ello cuando salgo de toda esa nube que me trae mi trabajo como abogada, suelo buscar tranquilidad, paz, momentos alegres y sanos, mi blog, leer y ver cosas lindas, lejos de historias truculentas y escondidas. Sin embargo, no siempre lo logro, vivimos en una sociedad de muchos contrastes, muy variada y muchas veces muy distante entre sí, no tenemos una cultura de comportamiento parejo, lo único que quizá une a la mayoría -gracias a Dios no a todos- es la agresividad con la que nos podemos desenvolver. No es necesario levantar la mano o gritar para ser agresivo, la forma en que hablamos, en que nos dirigimos al resto, la forma que tenemos al ingresar a un salón, la forma en que reaccionamos ante un pedido de ayuda o de solidaridad, nos hemos endurecido llegando a cruzar la frontera de lo irracional. Ello se refleja hasta cuando manejamos, ponemos la luz direccional para cambiar de carril y la respuesta del vecino en la pista es aumentar la velocidad hundiendo la mano en el claxon ¿por qué?; cuando entramos a un lugar sea un ascensor, tienda, restaurante, casa, en fin, cualquier lugar, ¿por qué entramos molestos y no con una sonrisa en los labios? ¿por qué? Que tan amargado ha podido ser nuestro día o vida para justificar ese comportamiento que ingresa en el juego de la falta de educación, muchos no lo sabemos, muchos no nos damos cuenta o muchos lo justificamos ¿vivir en una sociedad no debería implicar una buena «vecindad»? Sino para que otro motivo nos unimos con el fin de convivir dentro de un mismo espacio. 

Nadie pide que todos seamos amigos, creo yo que es algo imposible pero la tolerancia no lo es, el respeto mutuo, los valores que tan olvidados están, el ser atento, cortés, amable, solidario… Sin dejar de lado hasta cómo nos comportamos en las redes, chats, facebook, twitter, servicios de mensajería instantánea, etc, y no estoy hablando de «haters» «trolls» ni nada de eso -que hasta hace poco ni sabía que eran- sino de siempre ser amables, en qué momento nos volvimos piedras, quién nos trato así para caer en ese circulo.
Ayer por ayudar a un tercero terminé metida en una tremenda discusión y de ahí partió en mi cabeza todo esto, que no es algo en lo que no piense de vez en cuando, porque para quienes tratamos de siempre ser corteses, ese tipo de comportamiento siempre genera un ruido increíble. Es como dejar caer una piedra en una laguna totalmente quieta, no estamos acostumbrados -recordando que soy abogada litigante pero en horario de trabajo, no en mi vida personal- pero esta vez era escuchar a gente agresiva, con 0 tolerancia a ayudar a otra persona, terminado de ver todo un circo desfilar por temas tan triviales que para quien tiene problemas reales, debe resultar ofensivo. Lo que me queda es la lección, no la de no ayudar a un tercero porque eso nunca lo dejaré de hacer, de que no debemos dejar contaminarnos por esas reacciones, por esas manifestaciones de disconformidades propias frente a terceros, porque ese desorden interno que tienen algunas personas que no les permite vivir en paz consigo mismos y a su vez, como es obvio, vivir en paz con los demás, en armonía y ayuda mutua.
Empiezo febrero con esta publicación, se que es diferente a las que normalmente vemos en el blog, pero quería compartir esto con ustedes, porque se que hay muchas personas que piensan como yo, que lo positivo debería primar ante lo negativo, que las sonrisas y cortesía son más valiosas que andar renegando con el hígado en la mano. Así que con eso en mente espero que pasen un lindo y feliz domingo 🙂
Katherine
Katherine
Abogada en ejercicio y blogger :)
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