Kipling en Lima

¿A quién no le pasó? Encontraste el
bolso perfecto, que hacía match con
tus zapatos, con una pashmina o simplemente lo usabas porque te flechó desde
que hiciste eye-contact con él. ¿Y
qué pasó? Lo usaste, lo seguiste usando… y, aunque lo cuidaste como oro, un
buen día comenzó a desgastarse hasta pedir que lo jubilaras. No sé a ustedes,
pero a mí no me pasó una, sino varias veces, y cada vez me juré a mí misma que
no volvería a caer en la misma situación.

Por eso me entusiasmé cuando tuve
la oportunidad de ir al lanzamiento de Kipling en Perú. Les cuento por qué.

El martes pasado, los flashes
iluminaron la cuadra 12 de Camino Real, en San Isidro, las copas se llenaron de
champagne y Jumi Lee nos transportó con la electrónica techno: así inauguró Kipling su nueva tienda en Lima.

Unidos por siempre. Quizás se pregunten “¿Por qué esta marca es la preferida
de tantas mujeres?”. Simple: por su material. Todas sus carteras y bolsos están
hechos de nylon con un teñido
especial, por el cual la tela se encoge, se vuelve ultra-resistente y adquiere un
color intenso, pero a la vez semi-desgastado. Sí, un material tan duradero, que
hasta resiste el lavado a máquina…

Cómo nació su nombre. Especializada en todo tipo de bolsos y
accesorios, la marca le debe su nombre al célebre viajero y novelista Rudyard
Kipling, autor de El libro de la selva.
Y es que las propuestas de Kipling se inspiran en mujeres activas, con un
estilo casual, moderno y también divertido, lo cual se refleja en diseños tan
prácticos como coloridos. En palabras de la propia marca, busca crear
accesorios que acompañen “la aventura diaria de miles de mujeres alrededor del
mundo”.

Su embajador. Por eso quizás uno de los detalles más cute de Kipling es que cada mochila,
cartera, bolso o maleta lleva su propio mono viajero. En metal, plástico o
peluche, articulados o full color,
cada colección tiene su sello distintivo.

Para ella, para ti, para mí… ¡para todas! Si hay algo que
caracteriza a Kipling, es que tiene alternativas que acompañan a la mujer en
los diferentes momentos de su vida: desde la más juvenil (que busca mochilas o
bolsos para ir a la universidad), pasando por la mamá de estreno (que necesita
carteras más amplias y con muchos bolsillos para llevar biberones, pañales y
juguetes), hasta las mujeres más maduras e independientes, que prefieren
consentirse con alternativas más pequeñas, pero siempre prácticas.

Practicidad 5 estrellas. El equipo Kipling fue súper amable y nos
permitió curiosear los diseños de afuera hacia adentro. Así, nos sacamos la
duda: sin importar el modelo, todas las opciones tienen miles de cierres,
bolsillos y compartimientos, es decir, todos esos detalles que siempre quisimos
para guardar lo que se nos ocurra y tenerlos a la mano.

Adiós, malabares. Una de las cosas que más llamó mi atención fue una
cartera muy coqueta, en cuyo dorso tenía un “cierre-trampa”, especialmente
pensado para que al abrirse, por su hueco pase la manija de la maleta y se
forme una única pieza entre maleta-y-cartera, para así transformar una caminata
por el aeropuerto en una experiencia cómoda.

En colores plenos y vibrantes,
tonos desgastados, negros brillantes símil cuero, con texturas… Para ir a
trabajar, para salir de viaje o de paseo… En Kipling de Camino Real 1274 hay un
modelo esperando por cada una nosotras, para acompañarnos en nuestro propio
estilo, en nuestra propia aventura.